Aunque puede utilizar mantequilla ordinaria para esta preparación yo siempre recomiendo mantequillas europeas de alta calidad. Tendrá mucho mejor sabor.
En una olla derrita la mantequilla a fuego mediano.
En unos minutos la mantequilla comenzará a crear espuma y hará ruido. Déje la mantequilla quieta y cuando ya no escuche el ruido, eso significa que el agua en la mantequilla se evaporó.
En ese punto vierta la mantequilla a otra olla pasando con por un colador con servilleta. Este paso es muy importante para filtrar los sólidos de la leche.
Aquí puede observar como los sólidos de la leche quedaron pegados del fondo de la olla.
La otra parte quedó en la servilleta.
Se supone que el ghee ya está listo. Yo lo devuelvo unos 5 minutos más a fuego medio bajo (nivel 3) para asegurar que se sigan separando algunos sólidos que puedan quedar.
Pasado ese tiempo lo vuelvo a colar con otra servilleta y lo paso directamente a un envase limpio de cristal resistente al calor.
Ya está listo. Permita que refresque unos minutos y luego lo tápelo bien.
Asi se ve en su estado líquido.
Debido a la evaporación del agua y los sólidos de la leche que se eliminan durante la preparación, una taza de mantequilla puede terminar rindiendo 3/4 taza de ghee.
Aquí está el ghee en su estado semi sólido.